El auge que tienen en el comercio mundial los productos desarrollados en condiciones ambientales favorables que no deterioren la capa vegetal, así como la garantía de las condiciones sociales y familiares de los campesinos, son en síntesis el objeto de la producción de café sostenible.
La concientización acerca de la responsabilidad que tiene la humanidad con el medio ambiente, hace que cada vez más los consumidores europeos se pregunten ¿cómo se producen las cosas que compran? y que de ésta manera el comercio se vea obligado a ofrecer productos que cuenten con certificaciones y sellos en la materia.
Pero obtener granos de café sostenible, también requiere de parte de los productores y comercializadores una serie de compromisos internacionales, que sean respaldados por condiciones sociales y económicas positivas, para el primer renglón de la producción del café: el campesino.
La idea es que éstos pequeños productores de café no sigan endeudándose y perdiendo sus parcelas, ni manteniendo una baja calidad de vida debido a los bajos ingresos que se derivan de la tercerización en la venta de su café.
Clasificación del café sostenible
Bajo la premisa anterior, el café sostenible surge como una alternativa para que exista un comercio justo y ético con el medio ambiente y con el caficultor.
Teniendo en cuenta estos parámetros, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia promueve este tipo de café especial y lo clasifica en:
Cafés amigables con el medio ambiente: Se reconocen por su respeto con el medio ambiente y la biodiversidad, el equilibrio entre el humano y su entorno a través de prácticas amistosas de cultivo.
Cafés orgánicos: Son los que se cultivan sin el empleo de fertilizantes, fungicidas e insecticidas, proceso que debe ser verificado por una entidad especializada mundial que lo certifique.
La finca cafetera que comercialice su café bajo la denominación de “orgánico”, se debe someter a un proceso de certificación por un organismo certificador, poseer una ficha histórica, un plan de producción y un mapa, así como tener un registro de las compras de insumos, obra de mano, volumen de café pergamino seco y facturas de venta del café.
Cafés de Comercio Justo: propende porque los pequeños productores asociados en cooperativas, reciban un precio mínimo de compra equivalente a su trabajo, nunca por debajo del precio de mercado. Esta remuneración debe ser apoyada por diversos programas de carácter social, que mejoren las condiciones básicas de vida de los caficultores.
Entre los compromisos que el productor de café con el sello de ”comercio justo”, se encuentran el que reciban una recompensa que cubra los costos de la producción, el de cumplir los acuerdos básicos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU y la Declaración de los Derechos del Niño, y que se le garanticen acuerdos de largo plazo y la posibilidad de recibir prepagos, entre otros.
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