Como todas las ciencias que requieren de expertos que comprueben y opinen sobre los productos, la cata de café es un oficio que en las últimas décadas ha tomado relevancia porque para ser ejercida requiere de un conocedor de fino paladar que certifique a partir de sus sentidos cuál es la calidad de esta bebida.

La cata de café se ha profesionalizado con el paso de los años y es uno de los requisitos más importantes en la formación de baristas cuyo trabajo es hoy por hoy reconocido y bien pagado en el mercado de la hostelería y los restaurantes.

Su fino y entrenado gusto es el que nos permite disfrutar de las más exquisitas comidas y bebidas.

La definición de un catador como lo expresa un profesional es “una persona con cualidades y habilidades gustativas y olfativas que le permiten determinar la calidad de un café, de una bebida o un alimento”

Sentidos no contaminados para emitir un buen juicio 

Entre las cualidades que debe tener un catador para que se pueda desempeñar en diferentes tareas (procesos alimenticios especialmente) se cuentan: poseer buen juicio, buenos hábitos alimenticios, ser poco amigo de las bebidas embriagantes y de los alimentos condimentados, tampoco debe utilizar perfumes ni lociones.

 “Catar café es todo un ritual que se realiza con unos estándares claramente definidos y unos parámetros estrictos en cuanto a los pasos detallados para hacer una correcta catación”

Una buena cata debe ser totalmente subjetiva y mucho mejor si es a ciegas, a fin de contrastar los veredictos propios con los de otros catadores para dar una conclusión de las características de los cafés a evaluar.

A través de la cata se pretende encontrar y valorar todas las características que definen a un café, lo cual le servirá a los catadores para emitir un juicio de valor objetivo, para comparar varios cafés entre sí, o para contrastar si un café se ajusta a unas características predeterminadas.

Es por ello que se debe seguir un riguroso orden en cada paso así como tener a la mano el instrumental adecuado (cucharas y demás), trabajar en un lugar limpio, sin olores, ruidos y otros distractores y sin la intervención de tabaco ni licor.

La cata de café básicamente consiste en probar distintos cafés espressos extraídos de la misma forma.

Los catadores de café se regulan a través del CQI (Cofee Quality Institute) organismo que se encarga de impartir reglamentación y que certifica a los 4 mil catadores existentes en el mundo responsables a su vez,  de evaluar la calidad de los cafés que se comercializan entre países productores y consumidores.

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